Cómo bajar la inflamación después de un injerto

La inflamación postoperatoria es una respuesta natural del cuerpo al trauma quirúrgico. No es una complicación en sí misma, sino una señal de que el organismo está reparando los tejidos.

En el contexto de un trasplante capilar (ya sea técnica FUE o FUT), hay varios factores implicados:

• Microtrauma quirúrgico

Cada injerto implica una pequeña incisión tanto en la zona donante (de donde se extrae el folículo) como en la receptora (donde se implanta).

Esto activa los mediadores inflamatorios (histamina, prostaglandinas, citoquinas), generando edema (hinchazón), enrojecimiento y a veces sensación de tensión o picor.

• Anestesia local y solución tumescente

Durante la cirugía se infiltran volúmenes considerables de anestésico y suero con adrenalina.

Parte de este líquido puede migrar por gravedad hacia la frente o los párpados en los días posteriores, provocando hinchazón, especialmente entre el día 2 y 4.

• Respuesta inmunitaria y reparación tisular

El cuerpo inicia un proceso de revascularización y cicatrización, aumentando la permeabilidad capilar.

Este aumento de flujo sanguíneo y paso de líquidos al tejido causa inflamación visible.

• Postura y drenaje linfático

Dormir completamente horizontal dificulta el drenaje linfático, acumulando líquido en la zona frontal o periocular.

¿Qué podemos hacer antes para mejorar y reducir la inflamación?

Una buena preparación preoperatoria marca la diferencia.

Aquí las claves:

• Optimizar el estado general del paciente
  • Evitar alcohol, tabaco y antiinflamatorios (como ibuprofeno o aspirina) los días previos: afectan la microcirculación y la respuesta inflamatoria.
  • Controlar patologías que aumentan la inflamación (diabetes, hipertensión, alergias).

• Buena hidratación previa y dieta antiinflamatoria

Mantener una adecuada hidratación mejora el equilibrio de líquidos y el drenaje linfático tras la cirugía. Consumir alimentos ricos en omega-3, vitamina C y antioxidantes (pescado azul, frutas rojas, cúrcuma, jengibre) ayuda a modular la respuesta inflamatoria.

• Evaluar predisposición al edema

En pacientes con tendencia a edema (ojeras, retención de líquidos, cirugía facial previa), se pueden planificar medidas preventivas específicas, como drenaje linfático precoz o corticoides profilácticos.

¿Y qué hacemos después del trasplante para reducirla?

• Corticoides

Se administran para reducir la inflamación y prevenir que el edema baje hacia los ojos.

• • Prednisona o dexametasona, en pauta descendente, según valoración médica. Su efecto antiinflamatorio y antiedematoso reduce drásticamente la hinchazón facial y craneal.

• Posición al dormir

Dormir con la cabeza elevada 30–45° durante las primeras noches.
Ayuda a drenar líquidos y evita que la inflamación baje a párpados.

• Masajes linfáticos suaves 

Bajo indicación médica, mejoran el drenaje y aceleran la resolución del edema.

• • Buena hidratación posterior y dieta antiinflamatoria
  • Higiene suave y adecuada

El lavado postoperatorio con champú neutro o recomendado por la clínica evita infecciones y exceso de inflamación local.

• Evitar el calor y la exposición solar

El calor aumenta la vasodilatación y puede intensificar la inflamación.

En resumen, la inflamación post trasplante capilar es una respuesta fisiológica de reparación, no un signo de complicación.

Sin embargo, una buena profilaxis anti inflamatoria, un cuidado postoperatorio adecuado y hábitos correctos pueden hacer que el paciente se recupere antes, con menos molestias y mejor aspecto.

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