¿El ácido hialurónico me va a “hinchar” la cara?

“¿Rellenarme con ácido hialurónico? ¡Pero si tengo ya la cara pesada!”. Esta es la respuesta de muchas pacientes cuando se plantea el relleno con ácido hialurónico.

Y es que, en realidad, con el ácido hialurónico no rellenamos la cara y tampoco implica necesariamente volumen; esto dependerá del producto y técnica aplicada en cada caso. Lo que sí hacemos mediante los rellenos de ácido hialurónico es trabajar puntos estratégicos que son los puntos de sostén del rostro.

Estos puntos se sitúan debajo de ligamentos, sobre el hueso. Ahí depositamos como unas “cuñas de ácido hialurónico” de modo que creamos “puntales” que sustentan los tejidos. Es decir, no vas a verte hinchada ni deformada, todo lo contrario: verás el rostro firme y definido.

El ácido hialurónico como sostén del rostro 

Los tejidos se desplazan a medida que envejecemos y algunas zonas del rostro pierden volumen, creando inestetismos como los surcos nasogenianos o el hundimiento del tercio medio facial (debajo de los ojos).

El relleno con ácido hialurónico nos ayuda a reponer esa tersura y volumen que se pierde con el paso del tiempo. El tratamiento con ácido hialurónico ejerce un efecto hidratante intenso, de sujeción y proyección natural.

En contra de lo que se suele pensar, el ácido hialurónico no hará que se te vea la cara “hinchada”, sino que nos ayudará a armonizar el aspecto del rostro. No sólo hidrata en profundidad, sino que nos ayuda a generar una malla capaz de sostener los tejidos y garantizar una correcta estructura dérmica.

La flacidez aparece por la disminución en la biosíntesis del colágeno y la elastina, así como de la producción de mucopolisacáridos. El ácido hialurónico permite a los tejidos recuperar la sujeción que tenían y que han perdido debido al envejecimiento, como consecuencia de la redistribución de la grasa facial.

Así que si tienes un rostro ya pesado o “pleno” pero que a la vez refleja flacidez, ahora ya lo sabes: el tratamiento con ácido hialurónico puede ayudarte a sostener tus tejidos sin aportar volumen.

Ácido hialurónico en pómulos, ¿es una buena idea? 

Los pómulos son una de las partes del rostro que más acusa el paso del tiempo, puesto que son esenciales para marcar la tridimensionalidad. Con los años, van hundiéndose progresivamente debido a dos factores: la pérdida de grasa y el hundimiento del hueso.

El ácido hialurónico en pómulos se utiliza para disminuir la pronunciación de los huesos de la cara y contrarrestar la pérdida de tejido adiposo. El relleno de pómulos con ácido hialurónico nos permite realizar un marcaje y redefinición del rostro sin dolor, asegurando resultados naturales que contribuyan a mantener la armonía del rostro.

El relleno de pómulos con ácido hialurónico se realiza mediante infiltraciones en la parte superficial del hueso, de manera que los tejidos flácidos recuperen la sujeción perdida. Como consecuencia, se produce una elevación de los pómulos que nos ayuda a equilibrar los rasgos faciales, corregir el hundimiento del tercio medio y rejuvenecer el rostro.

Además, como el ácido hialurónico en pómulos se realiza mediante una técnica no invasiva, puedes recuperar tu rutina rápidamente. No hay cirugía ni bisturí, no hay anestesia (salvo la lidocaína que contiene el propio producto), ni tiempo de baja. Por eso, el ácido hialurónico supone para muchos una alternativa al lifting quirúrgico.

¿Qué efecto hace el ácido hialurónico en los pómulos?

Si con el paso del tiempo aparece el hundimiento en el tercio medio del rostro, puede llevar a una pérdida de la armonía facial. El ácido hialurónico en pómulos nos permite recuperar el volumen y la armonía perdidos.

El efecto del relleno de pómulos con ácido hialurónico da lugar a resultados muy naturales. Es fundamental acudir siempre a un profesional de la medicina estética, que realice una valoración del rostro del paciente. Un buen diagnóstico será clave para conseguir resultados naturales mediante el ácido hialurónico en pómulos.

En cuanto a los efectos secundarios, al ser una sustancia naturalmente producida por el organismo, el relleno de pómulos con ácido hialurónico casi no presenta contraindicaciones, más allá de una leve inflamación que, habitualmente, desaparece a los pocos días tras el tratamiento.

¿Cuánto dura el ácido hialurónico en los pómulos?

Normalmente, el relleno de pómulos con ácido hialurónico se realiza en una sola sesión de aproximadamente media hora y su duración puede llegar hasta los 18 meses.

Los resultados del ácido hialurónico en pómulos se aprecian de forma inmediata, aunque el resultado definitivo lo veremos un par de semanas después. Pasado este tiempo se realiza una consulta de revisión, en la que se podría realizar una segunda sesión de retoque si fuera necesario para asegurar un resultado armonioso y natural.

Al ser un material reabsorbible, va desapareciendo progresivamente. La duración del relleno de pómulos con ácido hialurónico varía en cada paciente, pero lo habitual es que dure entre 9 y 18 meses.